viernes, 6 de agosto de 2010

La Ciudad de México es una gran ciudad para un corredor. Es como Londres o Nueva York para un actor de teatro, Puerto Escondido para un surfista, o Madrid para un torero.... bueno, no es para tanto, pero si es un gran lugar para quienes corremos.

Si, ya sé que es una ciudad muy contaminada, que hay un tráfico del demonio, que los automovilistas no respetan a los peatones, que los parques están llenos de perros con dueños mal educados, etc, etc... en serio, lo sé!

Pero por otra parte, el clima es perfecto, casi nunca hace demasiado calor o demasiado frío, hay cientos de parques, tenemos el bosque de Tlalpan, los viveros de Coyoacán, o el sope en Chapultepec. Aquí viven los personajes más divertidos y hay miles de lugares por descubrir, y corriendo por sus calles es una gran forma de hacerlo. Por si todo esto fuera poco, prácticamente todos los fines de semana hay alguna carrera. Casi siempre en Reforma, algunas otras en distintos puntos de la ciudad, y hasta alguna que otra en la Marquesa.

Todas son carreras amigables para quienes no tenemos facultades para pelear los primeros puestos a los kenianos o etíopes que eventualmente participan en algunas carreras que tienen premios atractivos.
La variedad de corredores es para llamar la atención: desde los atletas de élite, pasando por los corredores recreativos que están en buena forma y buscan romper su mejor marca personal, incluso familias completas, pero sobre todo muchísimas personas que tienen historias distintas que les motivan a terminar una carrera: esos que luchan contra su sobrepeso, o alguna discapacidad física, la edad avanzada, etc, etc... estoy seguro que en pocas ciudades del mundo se puede encontrar a tantos participantes que buscan vencer a sus propias limitaciones sin que nadie les juzgue.

Aquí corrí mis primeras carreras de 5, de 10, de 15 kilómetros... mis primeros medios maratones, y aquí correré también mi primer maratón... el primero no podría ser en ningún otro lugar!

miércoles, 4 de agosto de 2010

Los primeros días

Después de la veloz carrera por la pista del parque esquivando a toda velocidad niños, ancianos, corredores más lentos, perros y toda clase de obstáculos, quedaba agotado, con las piernas adoloridas, los músculos tensos... debía caminar un poco para recuperar el aliento y reanudar la veloz carrera. Tal vez después de la segunda serie, podría completar el larguísimo circuito en el parque de 7000 metros.

Ejem, dije 7000 metros? Perdón, quise decir 700 metros.

Empezar a correr no es fácil. Es más, no puedo decir que fuera algo que me diera placer, más bien todo lo contrario. Completar apenas 3 vueltas de 700 metros a velocidad poco menos que ridícula en una mezcla de trote y caminata en poco se parecía a correr.

Así pasaron las primeras semanas, aunque con el paso de los días podía trotar más y caminar menos. A medida que los kilos desaparecían y las piernas aprendían a moverse mejor, las sensaciones mejoraron. Esto ya se parecía más a correr! Es más, era el momento de comprar un nuevo par de tenis y cambiar las viejas camisetas talla L por algunas nuevas talla M. La pérdida de peso iba por buen camino, y correr empezaba a gustarme.

Por que empecé a correr?

La razón por la que empecé a correr no tiene nada de original, no lo hice para ayudar a alguna fundación de lucha contra el hambre en Somalia, ni para recorrer el continente a pie, ni siquiera para correr un maratón.

En un principio mi motivación fué deshacerme de algunos kilos que me sobraban y que me había encargado de acumular en los últimos años producto de el hipotiroidismo que padezco y de el sedentarismo que se acrecentó cuando decidí vivir con mi novia... Ahh, que tiempos aquellos en que la mejor manera de pasar un domingo era con una pizza gigante frente a la televisión!

Un buen día de enero, tras las fiestas navideñas, al verme en el espejo, me espanté al ver al viejo gordo al que siempre critiqué por no hacer nada por su salud y su apariencia... no me gustó lo que ví, así que supe que era el momento de poner manos a la obra!
 
La meta? Quitarme de encima más de 10 kg. El plan? Dieta rigurosa, y un par de vueltas al parque 3 o 4 veces por semana harían el truco! O eso pensaba yo, no sabía lo que venía. No sabía que una vez que te enganchas no hay vuelta atrás. Una vez que alcanzas el primer kilómetro quieres conseguir el segundo... y el tercero...

El inicio!!!




Empiezo este blog como empecé a correr hace unos meses, casi sin planearlo.
Aquí contaré la evolución de los pasos que me llevaron a pasar de no correr a entrenar para un maratón.

Bienvenidos!!!