miércoles, 4 de agosto de 2010

Los primeros días

Después de la veloz carrera por la pista del parque esquivando a toda velocidad niños, ancianos, corredores más lentos, perros y toda clase de obstáculos, quedaba agotado, con las piernas adoloridas, los músculos tensos... debía caminar un poco para recuperar el aliento y reanudar la veloz carrera. Tal vez después de la segunda serie, podría completar el larguísimo circuito en el parque de 7000 metros.

Ejem, dije 7000 metros? Perdón, quise decir 700 metros.

Empezar a correr no es fácil. Es más, no puedo decir que fuera algo que me diera placer, más bien todo lo contrario. Completar apenas 3 vueltas de 700 metros a velocidad poco menos que ridícula en una mezcla de trote y caminata en poco se parecía a correr.

Así pasaron las primeras semanas, aunque con el paso de los días podía trotar más y caminar menos. A medida que los kilos desaparecían y las piernas aprendían a moverse mejor, las sensaciones mejoraron. Esto ya se parecía más a correr! Es más, era el momento de comprar un nuevo par de tenis y cambiar las viejas camisetas talla L por algunas nuevas talla M. La pérdida de peso iba por buen camino, y correr empezaba a gustarme.

3 comentarios:

  1. .....y ya no pararás de correr!!!!Lo difícil es dar el primer paso,dejar la vida sedentaria por los entrenamientos.

    MUCHA SUERTE.Y alimenta el blog con tus experiencias.

    HSATA PRONTO.

    http://antascorre.blogspot.com/

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  2. Gracias Pedro, espero seguir mejorando con los entrenamientos como hasta ahora... con paso lento pero seguro. :P

    Un saludo hasta España!

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  3. A mi me pasó igual...al principio empecé a correr solo por ver cuánto aguantaba. Pero en el primer kilómetro, ya sentía que me moría. Poco después, también me di cuenta que correr ya no significaba un sacrificio, y que el cansancio tardaba cada vez mas en aparecer...!

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