En un principio mi motivación fué deshacerme de algunos kilos que me sobraban y que me había encargado de acumular en los últimos años producto de el hipotiroidismo que padezco y de el sedentarismo que se acrecentó cuando decidí vivir con mi novia... Ahh, que tiempos aquellos en que la mejor manera de pasar un domingo era con una pizza gigante frente a la televisión!
Un buen día de enero, tras las fiestas navideñas, al verme en el espejo, me espanté al ver al viejo gordo al que siempre critiqué por no hacer nada por su salud y su apariencia... no me gustó lo que ví, así que supe que era el momento de poner manos a la obra!
La meta? Quitarme de encima más de 10 kg. El plan? Dieta rigurosa, y un par de vueltas al parque 3 o 4 veces por semana harían el truco! O eso pensaba yo, no sabía lo que venía. No sabía que una vez que te enganchas no hay vuelta atrás. Una vez que alcanzas el primer kilómetro quieres conseguir el segundo... y el tercero...
Empezaste a correr por las mismas razones que yo...! Yo también decidí hacerlo porque tenía mas de 10 kilos de sobrepeso. Pero no fue tanto la vanidad lo que me hizo empezar a correr, sino que unos días antes se murió un compañero de mi oficina por ataque al miocardio. Tenía 38 años, y también llevaba una vida sedentaria, además de que pesaba cerca de 120 kg. Me vi en ese espejo, (aunque yo solo pesaba 75 kg) y decidí cambiar la pizza gigante frente a la tv, por las carreras... y tampoco imaginé que una vez empezando y viendo los primeros logros, ya no quieres ni puedes dejar esta actividad..!
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